domingo, 22 de abril de 2012

El abuso al adulto mayor

Saber envejecer es la obra maestra de la vida, y una de las cosas más difíciles en el arte dificilísimo de la vida”.
Henri-Frédéric Amiel

Para mucha gente la palabra “envejecimiento” significa decrepitud o inutilidad, ya que relacionamos esa palabra con las debilidades y defectos conocidos por los estereotipos de una sociedad donde generalmente el anciano es marginado y muy poco valorado.  Todos en algún momento de nuestra vida hemos tenido contacto con un adulto mayor, pero en la mayoría de los casos no se les da el respeto merecido y muchos los consideran una carga e inclusive un estorbo. Nuestra sociedad ha hecho de la vejez un estigma negativo con el que debemos luchar para dar a los ancianos el respeto y la dignidad que merecen. Es muy fácil decirle a la vejez “la edad de oro” y “la tercera edad” pero no estamos consientes del verdadero significado de ser un adulto mayor.

Según el doctor Gonzáles Cuchallo el maltrato hacia este grupo de personas tiene connotaciones biológicas, psicológicas, sociológicas y culturales y se define como la acción única o repetida o falta de respuesta apropiada, que ocurre dentro de cualquier relación donde exista una expectativa de confianza, la cual produzca daño o angustia a una persona anciana.
La causa exacta del abuso físico de un adulto mayor no se conoce. Existen muchos factores que pueden ocasionar que alguien abuse de un adulto mayor pero se puede decir que la causa principal del maltrato de los adultos mayores es el papel que desempeña el estrés en las personas encargadas de cuidar a las personas mayores.

Sin embargo, las condiciones de pobreza o de hacinamiento pueden ser una de las razones por las que esto ocurre. Como por ejemplo, la dependencia fuerte en la persona mayor en cuestiones económicas o de vivienda, consumir alcohol o drogas ilegales, como la cocaína, la heroína y la marihuana, tener antecedentes familiares de violencia, como el abuso físico o sexual, tener un desorden de personalidad, depresión u otra enfermedad mental o tener estrés debido al trabajo, al cuidado de la persona mayor o de los problemas financieros que pueden incrementar el riesgo de un adulto mayor de sufrir abuso físico.

Por otro lado, pueden existir riesgos relacionados al adulto mayor que pueden provocar su maltrato como es el caso de tener problemas de la memoria o del aprendizaje, padecer enfermedades de larga evolución como la demencia, diabetes, parálisis o ictus, no tener familiares o amigos que puedan cuidar de él o mostrar conducta agresiva o negativa.
Además, se pueden encontrar varios tipos de abuso como son: las físicas, se trata  del uso de fuerzas físicas no accidentales para ciertas limitaciones. Se pueden apreciar por la existencia de heridas o golpes. En general se relaciona más con las características del abusador y no tanto del abusado pero también se ha correlacionado con la ingesta excesiva de alcohol, deterioro de la personalidad y escasa comunicación.

De igual manera se encuentra la verbal, depende en gran medida de las malas relaciones interpersonales previas a la situación mórbida actual y se asocia con depresión y ansiedad de los cuidadores como por ejemplo con los insultos repetidos y las amenazas. Igualmente, el psicológico en donde se da la intimidación verbal o la humillación. También, se da el financiero (el más común), es la forma inapropiada o ilegal de usar el dinero o propiedades.  Asimismo, se presenta el abandono, en el cual se privan de las necesidades básicas de servicios como comida, medicamentos, transferencia al baño, aseo personal o acceso a la salud. Por último, el abuso sexual, ya sea sodomía, copulación oral, penetración de objetos extraños, incesto o violación.

Todavía es necesario investigar adecuadamente el papel de los prejuicios contra la vejez (la discriminación contra los ancianos y su estigmatización) como una causa posible del maltrato de ancianos, aunque algunos especialistas en esta materia han señalado que la marginación del anciano es un factor que interviene en este fenómeno.
Resulta claro que en algunos países en desarrollo, ciertos factores sociales y culturales están directamente vinculados con el maltrato, como las creencias en la brujería y el desamparo de las viudas, a las cuales también se les conoce como “Tradiciones del Maltrato” y para eliminar estas costumbres se necesitaría un alto grado de colaboración entre diversos grupos, probablemente durante mucho tiempo.
Para impulsar este proceso:
• Deben crearse grupos integrados por adultos mayores y jóvenes que promuevan esta causa en los planos local, provincial y nacional, mediante campañas en favor del cambio.
• Los programas gubernamentales de salud y bienestar social deben tratar de mitigar activamente las repercusiones negativas que tienen para las personas de edad muchos procesos de modernización y los cambios en la estructura familiar que suponen.
• Los gobiernos deben establecer un sistema de pensiones adecuado en todos los países donde todavía no exista.
Así mismo es necesario examinar otras prácticas que muchas veces se citan también como factores causales importantes, ya que no se han realizado investigaciones que confirmen las afirmaciones en este sentido.
Otros factores culturales y socioeconómicos, como la pobreza, la modernización y los regímenes sucesorios, pueden ser causas indirectas del maltrato, como ya se ha mencionado.



El maltrato a los ancianos es una violación de los derechos humanos y causa lesiones físicas y psicológicas. Todos los seres humanos nacen con igualdad de derechos y dignidad y merecen respeto desde su nacimiento hasta su muerte. No podemos desentendernos de esta problemática y como sociedad necesitamos combatir este mal como todos los que aquejan a nuestra comunidad mundial, existen instituciones y personas interesadas no sólo en este sino en muchos otros males que atentan contra el bienestar de las personas en general, pero debemos empezar viendo hacia adentro y generar un cambio de conciencia y de actitud desde nuestro hogar, es así como valores de tolerancia, solidaridad, compromiso y respeto pueden ser difundidos hacia el mundo.
 Debemos tomar en cuenta que aunque se es joven algún día el paso del tiempo tocará nuestra puerta y entonces todas las atenciones y consideraciones dadas a nuestros ancianos sean parientes o no serán deseadas por nosotros.
Existe un refrán que dice así: “Según se trate a los mayores, así será el tratamiento que se recibirá de las futuras generaciones”

Nuestros mayores son quienes generación tras generación nos han cuidado, alimentado y educado, No sólo merecen respeto y ayuda sino compañía y cariño en esta última etapa de su vida. La prevención al maltrato del anciano nos concierne a todos.

“No puede haber cosa más alegre y feliz que la vejez pertrechada con los estudios y experiencias de la juventud”.
Marco Tulio Cicerón

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