“Saber envejecer es la obra maestra de la vida, y una
de las cosas más difíciles en el arte dificilísimo de la vida”.
Henri-Frédéric
Amiel
Para mucha gente la palabra “envejecimiento”
significa decrepitud o inutilidad, ya que relacionamos esa palabra con las
debilidades y defectos conocidos por los estereotipos de una sociedad donde
generalmente el anciano es marginado y muy poco valorado. Todos en algún momento de nuestra vida hemos
tenido contacto con un adulto mayor, pero en la mayoría de los casos no se les
da el respeto merecido y muchos los consideran una carga e inclusive un
estorbo. Nuestra sociedad ha hecho de la vejez un estigma negativo con el que
debemos luchar para dar a los ancianos el respeto y la dignidad que merecen. Es
muy fácil decirle a la vejez “la edad de oro” y “la tercera edad” pero no
estamos consientes del verdadero significado de ser un adulto mayor.
Según el doctor Gonzáles Cuchallo el maltrato
hacia este grupo de personas tiene connotaciones biológicas, psicológicas,
sociológicas y culturales y se define como la acción única o repetida o falta
de respuesta apropiada, que ocurre dentro de cualquier relación donde exista
una expectativa de confianza, la cual produzca daño o angustia a una persona
anciana.
La causa exacta del abuso físico de un adulto
mayor no se conoce. Existen muchos factores que pueden ocasionar que alguien abuse
de un adulto mayor pero se puede decir que la causa principal del maltrato de
los adultos mayores es el papel que desempeña el estrés en las personas
encargadas de cuidar a las personas mayores.
Sin embargo, las condiciones de pobreza o de
hacinamiento pueden ser una de las razones por las que esto ocurre. Como por
ejemplo, la dependencia fuerte en la persona mayor en cuestiones
económicas o de vivienda, consumir alcohol o drogas ilegales, como la cocaína,
la heroína y la marihuana, tener antecedentes familiares de violencia, como el
abuso físico o sexual, tener un desorden de personalidad, depresión u otra
enfermedad mental o tener estrés debido al trabajo, al cuidado de la persona
mayor o de los problemas financieros que pueden
incrementar el riesgo de un adulto mayor de sufrir abuso físico.
Por otro lado, pueden existir riesgos relacionados al
adulto mayor que pueden provocar su maltrato como es el caso de tener problemas
de la memoria o del aprendizaje, padecer enfermedades de larga evolución como
la demencia, diabetes, parálisis o ictus, no tener familiares o amigos que
puedan cuidar de él o mostrar conducta agresiva o negativa.
Además, se pueden encontrar varios tipos de abuso como
son: las físicas, se trata del uso de fuerzas físicas no accidentales
para ciertas limitaciones. Se pueden apreciar por la existencia de heridas o golpes. En general se relaciona más con las características del abusador y no tanto del
abusado pero también se ha correlacionado con la ingesta excesiva de alcohol, deterioro de la personalidad y escasa
comunicación.
De igual manera se encuentra la verbal, depende en gran medida de las malas relaciones interpersonales
previas a la situación mórbida actual y se asocia con
depresión y ansiedad de los cuidadores como por ejemplo con los insultos
repetidos y las amenazas. Igualmente, el psicológico en donde se da la intimidación verbal o la humillación. También, se da el financiero (el más común), es la
forma inapropiada o ilegal de usar el dinero o propiedades. Asimismo, se presenta el abandono, en el cual se privan de las necesidades básicas de servicios
como comida, medicamentos, transferencia al
baño, aseo personal o acceso a la salud. Por último, el abuso sexual, ya sea sodomía,
copulación oral, penetración de objetos extraños, incesto o violación.
Todavía es necesario investigar adecuadamente
el papel de los prejuicios contra la vejez (la discriminación contra los
ancianos y su estigmatización) como una causa posible del maltrato de ancianos,
aunque algunos especialistas en esta materia han señalado que la marginación
del anciano es un factor que interviene en este fenómeno.
Resulta claro que en algunos países en
desarrollo, ciertos factores sociales y culturales están directamente
vinculados con el maltrato, como las creencias en la brujería y el desamparo de
las viudas, a las cuales también se les conoce como “Tradiciones del Maltrato”
y para eliminar estas costumbres se necesitaría un alto grado de colaboración
entre diversos grupos, probablemente durante mucho tiempo.
Para impulsar este proceso:
• Deben crearse grupos integrados por adultos
mayores y jóvenes que promuevan esta causa en los planos local, provincial y
nacional, mediante campañas en favor del cambio.
• Los programas gubernamentales de salud y
bienestar social deben tratar de mitigar activamente las repercusiones
negativas que tienen para las personas de edad muchos procesos de modernización
y los cambios en la estructura familiar que suponen.
• Los gobiernos deben establecer un sistema de
pensiones adecuado en todos los países donde todavía no exista.
Así mismo es necesario examinar otras prácticas
que muchas veces se citan también como factores causales importantes, ya que no
se han realizado investigaciones que confirmen las afirmaciones en este
sentido.
Otros factores culturales y socioeconómicos,
como la pobreza, la modernización y los regímenes sucesorios, pueden ser causas
indirectas del maltrato, como ya se ha mencionado.
El maltrato a los ancianos es una violación de
los derechos humanos y causa lesiones físicas y psicológicas. Todos los seres
humanos nacen con igualdad de derechos y dignidad y merecen respeto desde su
nacimiento hasta su muerte. No podemos desentendernos de esta problemática y
como sociedad necesitamos combatir este mal como todos los que aquejan a
nuestra comunidad mundial, existen instituciones y personas interesadas no sólo
en este sino en muchos otros males que atentan contra el bienestar de las
personas en general, pero debemos empezar viendo hacia adentro y generar un
cambio de conciencia y de actitud desde nuestro hogar, es así como valores de
tolerancia, solidaridad, compromiso y respeto pueden ser difundidos hacia el
mundo.
Debemos
tomar en cuenta que aunque se es joven algún día el paso del tiempo tocará
nuestra puerta y entonces todas las atenciones y consideraciones dadas a
nuestros ancianos sean parientes o no serán deseadas por nosotros.
Existe un refrán que dice así: “Según se trate
a los mayores, así será el tratamiento que se recibirá de las futuras
generaciones”
Nuestros mayores son quienes generación tras
generación nos han cuidado, alimentado y educado, No sólo merecen respeto y
ayuda sino compañía y cariño en esta última etapa de su vida. La prevención al
maltrato del anciano nos concierne a todos.
“No
puede haber cosa más alegre y feliz que la vejez pertrechada con los estudios y
experiencias de la juventud”.
Marco
Tulio Cicerón
No hay comentarios:
Publicar un comentario